LOS DOMINIOS


No sé muy bien por qué el rey de los mares, Neptuno, acabó en el centro de una plaza, luchando contra monstruos marinos y turistas terrestres. Supongo que Giacomo della Porta, autor de la famosa escultura que protagoniza una de las fuentes de la Piazza Navona, tampoco lo tendría muy claro. O sí, quién sabe. En 1574, el año en el que decidieron ubicar este conjunto escultórico, el maestro estaba más ocupado en el que, sin duda, era el gran objetivo en aquellos momentos de su trayectoria profesional: la basílica de San Pedro. Y curioso que su colaborador en semejante responsabilidad era otro artista de la época de nombre Domenico, de apellido, Fontana. Simpático, ¿verdad? Quizás fue esa la señal que le persiguió para esculpir y colocar a este gran Nettuno que lucha contra una "piovra". Antiguamente, a la fuente se la conocía como la de "Calderai" porque era la más cercana al vicolo del mismo nombre, un pasaje repleto de establecimientos especializados en objetos de metal. Hoy, invadido por artistas de brocha fina y sueños gordos y rodeado de terrazas y camareros a la busca y captura del cliente cansado y hambriento, el rey-dios de los mares sigue demostrando su poderío con una belleza tan fiera que hay que estar muy serena para saber si atrae o espanta. El sonido del agua le acompaña y el color de las fachadas traseras le favorecen. Algunos días, descansa, se relaja y hasta deja que los técnicos de limpieza de la Comune di Roma, le exfolien, limpien, froten, aclaren y acicalen para al día siguiente, o esa misma noche, coger el tridente y gobernar, otra vez, sus dominios.

Copyright foto: Teresa Morales. Roma