CUANDO VINO VIENTO DEL SUR...


Cielo. Europa. Copyright foto: Teresa Morales
Observamos. Allá, a lo lejos, el mar de nubes se confunde con el cielo de nieve de las cimas de unas montañas. ¿Los Alpes? ¡Quién sabe! Podrían ser. Todo tan blanco, entre esa masa de tierra que se aprecia, sin definir exactamente cuánta distancia hay entre un punto y otro. Los ojos ven. Pero es imposible matizar con exactitud los metros precisos. Una vez más, sólo cabe imaginar. Y deleitarse con la vista. Igual que cuando estamos a orillas de un océano. Disfrutar de las sensaciones: el sonido, el olor, los colores, la temperatura, la humedad... Recuerdo una vez que cuando vino viento del sur, en el norte, el invierno se había convertido en algo cálido. Casi 20 grados a las 7 de la tarde. A la orilla de un mar que, por la noche, prácticamente en calma, dejaba ver lo que atesoraba en el fondo. La textura de la tierra, la arena, los peces, las algas...Todo lo que habitaba constantemente allí, detrás de esa superficie cristalina que en los días nublados se vuelve gris, y en las tardes mansas como aquella se convierte en una manta aterciopelada azul verde turquesa. Observamos. Observemos. Esta noche, en el Tíbet, bajo la avalancha de nubes esponjosas, y a los pies de grandes (y altas) montañas, se escucharán los mantras que preceden al nuevo año o Losar. Entre inciensos y ofrendas, las imágenes de Buda bendecirán estancias, casas, chozas y templos. Las banderas de colores bailarán al impulso desordenado de una brisa coraggiosa, y en el aire, recitando cuentas de malas, hablará el silencio de aquellos que aspiran a iluminar y santificar la humanidad. Un reto que, en sí, no es reto, sino compromiso. Una aspiración que, en verdad, no es fin, sino medio. Nada que pertenezca a unos pocos, pues la felicidad es un asunto de todos. Un deber personal que irradia a lo global. Así lo explica Ramana Maharsi en el libro-entrevista El evangelio de Maharsi:  "¿Cuál es el beneficio más alto que puede ser conferido a usted? Es la Felicidad, y la Felicidad nace de la Paz. La Paz solo puede reinar donde no hay perturbación, y la perturbación  se debe a los pensamientos que surgen de la mente. Cuando la mente misma está ausente, hay Paz perfecta. A manos que una persona haya aniquilado la mente, no puede obtener la Paz y ser Feliz. Y a menos que él mismo sea Feliz, no puede dar Felicidad a 'otros". Feliz Losar a todos.