PASARON LOS DÍAS…

… y pasaron los meses y hasta los años. Hasta verme aquí. Tanto tiempo después… sin haber escrito ni una sola palabra nueva con la que pudiera transportar al mundo hacia destinos amables y serenos. Y de pronto... Hoy. No sé muy bien por qué. Sin foto, eso sí. Porque quizás, los arranques han de ser rápidos antes que perfectos.
Si este espacio, al que puede acceder cualquiera desde cualquier rincón de este planeta Tierra, tuviera la capacidad de difundir verdades nobles y realidades absolutas, aprovecharía para cincelar sobre la pantalla (de forma virtual, por supuesto) el nombre de un gran poeta. Ángel Amézketa. Su nombre aún persigue mis amaneceres soñados, y acompaña ese pasado dulce que viví en Roma durante casi un año. Hoy, no sé muy bien por qué, repito, el poeta decidió instalarse en el dormitorio, sin susurrar, tan solo dejándose percibir para traerme, de nuevo, las notas seductoras de los paseos y vivencias en el corazón de la bella ciudad italiana en la que tuve la suerte de ser feliz.
Poeta... el regreso va por ti.