LA CIUDAD DE LOS CIELOS PUROS


Ávila. Copyright foto:Teresa Morales.
Hoy, sin embargo, las nubes han decidido agolparse y arremolinarse, tiñendo de gris el techo de la vida. Sólo en apariencia, en ese escaparate del paisaje. En el cielo, nada más. La ciudad, con su cinturón amurallado, le otorga un canto de agradecimiento y honor a ese político, abulense aunque no de la capital, para que sus restos y su memoria reposen, en paz, en el claustro de una catedral fortaleza que guarda secretos y hasta orígenes glaciares. Lo que mejor sé de Adolfo Suárez no viene en los libros de texto, ni en las páginas de los periódicos. Sino en la memoria de mi familia, quienes le apoyaron y quienes se sintieron protegidos y arropados por él. Hasta el punto de que mi vida está marcada, casi, por el compás de sus dictados profesionales. Pero ese es otro "telar". El de hoy habla de una ciudad que le rinde tributo y honores. La ciudad de los cielos puros en la que deseo que su alma descanse felizmente en Paz.