EN BAILES DE INOCENCIAS FLUORESCENTES


La Concha. San Sebastián. Copyright foto:Teresa Morales.
"¿Ves, cielo? No tengas prisa por llegar al horizonte, pues este no se acaba nunca". Ella miró a la mujer, y enmarcó una sonrisa tímida en su rostro. "¿Pero...?" "No hay peros", le dijo. "Un corazón como el tuyo debe irradiar luz y transmitir alegría. En este instante, aquí y ahora. Donde estás. Con lo que tienes y con lo que eres. Con lo que sabes que puedes. Con lo mejor de ti. Envuelta en amor". La mujer hablaba con una serenidad especial, sin artificios ni poses. Siguiendo la estela de una elegancia que brotaba de su paz interior. Ella miró a la mujer. Y sonrió de nuevo. Apartó la vista y observó el horizonte. Por un instante, hasta intuyó los perfiles de sus sueños balanceándose suavemente sobre el mar. Respiró. Suspiró. Volvió a creer. Convencida de que, tal vez, sus ilusiones seguían vivas, jugueteando con las medusas en bailes de inocencias fluorescentes. Allá, en ese espacio entre la superficie del agua y la arena. No hundidas, ni diluidas. Vitales y entusiastas, aunque no pudiera verlas. Aunque llevara tiempo sin verlas. "Quizás –pensó–, estén dibujando los perfiles de lo más puro del alma, con tonos épicos y sublimes, creaciones de la más increíble bioluminiscencia. Para, algún día, emerger con tanta intensidad y belleza como el reflejo del cielo sobre la orilla del mar". La mujer proyectó sobre ella una brisa de ternura. Le pidió al tiempo que fuera amable, sin prisas. Y sin demoras. Y al viento, que llevara brotes de esperanza, allá donde la chica reposara y decidiera ser feliz. Le sugirió a Dios que fuera justo y compasivo. Además de tangiblemente generoso. Y a los gorriones, que acompasaran su canto al ritmo de la paciencia y la conformidad. El sol salió, entre el ejército de nubes que habían cubierto la playa. El aroma a salitre reapareció, como una bocanada de alegría y juventud. "¿Ves, cielo? La vida es así. Un acto de fe. Una entrega total envuelta en amor. Recuérdalo siempre". La mujer sonrió. Y ella también.