
Lejos del entramado de sensaciones que proporciona Hanoi y más lejos aún de las miserias de los suburbios de Ho Chi Minh, en las entrañas de los valles fronterizos de Vietnam con la todopoderosa China, se halla el distrito de Vi Xuyen, en la provincia de Ha Giang.
Para llegar hasta ahí se necesitan muchas horas de carretera y un conductor experto en esquivar un enjambre de vehículos sin aminorar la marcha ni perecer en el intento. Las hileras de estudiantes con pañuelo rojo y camisa blanca desfilando por los arcenes es una estampa paralela al trayecto que hace del viaje hacia el interior del país una secuencia colorista y alegre en constante movimiento.
Un camino de arena y piedras surge de la carretera principal que comunica los pueblos de la montaña para adentrarse en un desfiladero tan visualmente excitante como peligroso. El corazón bombea entusiasmo en cada una de las curvas en las que creo que el autobús será testigo de mis últimos minutos de vida. Pero de pronto, el abismo sinuoso se abre a una explanada y los primeros rayos de sol de la mañana me dan la bienvenida a la inmensidad de un valle donde la naturaleza en todo su esplendor escala las montañas y serpentea a sus anchas entre palmeras y troncos de bambú.
Estoy a miles de kilómetros de casa, ajena a lo que ocurre en mi ciudad y, en vez de sentirme desprotegida, de pronto me descubro felizmente perdida en un recóndito lugar del lejano oriente donde las risas de los niños de la escuela rural de Thuan Hoa se escapan de las aulas para jugar a rebotar contra los árboles creando una sinfonía de ecos que van y vienen, desaparecen y regresan otra vez.
Siento el pálpito de esa emoción indescriptible que me asalta cuando estoy a punto de asomarme a lo bello y desconocido. Un ligero sonido, como si fuera el rastro del viento entre el maizal, me obliga a girarme y allá, detrás de mí, vislumbro la figura de una campesina que, medio sumergida entre los cultivos, me sonríe mientras lanza el arroz al aire y sus ojos me invitan a adentrarme en la historia de las mujeres de la etnia Dao que, aunque anónimas y aisladas de la civilización, son y sueñan con lo que algún día serán...
(Extracto del relato Al Norte de Vietnam. Finalista del certamen literario Mujeres Viajeras)
Copyright foto: Teresa Morales. Mujer etnia Dao. Vietnam