Lendoño. Copyright foto: Teresa Morales
Sensaciones. La habitación se llena de esa voz melódica, dulce, cálida, extraespecial de Eva Cassidy. Suena Songbird. Con esas primeras frases que invitan a retozar en la ternura. For you there'll be no more crying; for you the sun will be shinning... Y ese sendero por el que alguien nos invita a continuar. El camino, la verdad y la vida. El Tao. La fe. El dharma. Da igual en qué religión o filosofía acabemos por rebuscar pues del núcleo de toda enseñanza siempre surge la misma sustancia para comprender quiénes somos, qué hacemos, en qué consiste esto que se llama "vivir". El buen hacer. Amar. Respetar. Mantener el equilibrio. Alimentar la coherencia y los valores. Defender los principios. Compaginar, que no ceder al 100%. Acoger. Sí, acoger. Bonita palabra vinculada al perdón. Ser y dejar ser. Empatizar. Ayudar. Dar y saber recibir. Pedir, que no exigir. Agradecer, siempre. Reprochar, nunca. Jamás. Potenciar la belleza de lo que vemos e intuimos. En el interior. En el exterior. Construir, a cada instante. A veces, para sí. O a veces, para un bien común. Soñar. Desear sin apegar. Sólo y llanamente desear sin atar, sin esclavizar ni someter. Respirar, sin invadir. Vivir, así, sin más.
