CARTAS A FREUD

Redes de pescadores. Armintza. Copyright foto: Teresa Morales.
Me toca trastear en los entresijos del ordenador para poner un poco de orden, lo que significa, básicamente, que debo tirar a la papelera ciento y un documentos antiguos (seguramente serán más). Y en esas, que me encuentro con algunos pequeños relatos que allá, por el año 2010, solía escribir a modo de otro blog. Como este me ha hecho cierta gracia, al recordar algunos capítulos de mi vida, lo recupero y lo republico. Bueno, y sobre todo porque, como hacen los grandes cantantes, a veces hay que tirar de archivo para recuperar la inspiración.
"Querido Freud, dos puntos; hoy me han comunicado que en Alemania se emite un vídeo en el que aparezco. Me ha entrado tanta risa al verlo que se me han pasado los "come-come" y hasta he vuelto a creer en el espíritu burlón con el que tanto me he reído en mi vida. De hecho, la aparición en la tele ha resultado tan caricaturesca que hasta mis amistades más desanimadas en estos momentos se han alegrado la jornada con semejante espectáculo. En fin, que las carcajadas han sonado en toda la provincia y me han hecho olvidar el pequeño disgustillo de no haber conseguido una beca para realizar un proyecto. No importa, siempre me quedarán las cámaras y mi, a partir de ahora, querido público alemán para que me salga un trabajillo en un serial... o en el circo, que diría mi hermana. 

Y hoy, sin plan V (de Vietnam) sólo me queda retomar el plan A de... jajaja... o el plan B de... jajaja... Si es que, al final, todo cuadra, quiera o no, y si no me voy al lejano Oriente será porque, según me han dicho, me espera algo mejor. Veremos. 

Querido Sigismundo, lo mismo un día de estos dejo de escribirte tanta epístola para regresar a los cuentos. Puede que a mi hermana le cansen, pero a mí me reconforta inventarme historias, de hecho ya tengo el principio de una en la cabeza. Esta tarde, sin embargo, dejo que sea Silvio el que ponga la literatura. ¡Cómo me gusta esta canción, a pesar de lo triste que es!: Cuentan que cuando un silencio aparecía entre dos, era que pasaba un ángel que les robaba la voz, y hubo tal silencio el día que nos tocaba olvidar, que de tal suerte yo todavía no terminé de callar... Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual, pero la noche es traviesa cuando se teje el azar, sin querer se hace una ofrenda que pacta con el dolor o pasa un ángel, se hace leyenda y se convierte en amor... 

Un millón de besos. T."