LA PODEROSA VIBRACIÓN DEL AMOR

Ávila. Pico Zapatero. Copyright foto:Teresa Morales.
Decía Kupka que las vibraciones con las que el artista definía y creaba llegaban también al espectador. Y sí, recuerdo que cuando vi una gran selección de su obra en una maravillosa exposición que se celebró en Málaga hace ya algunos años, sentí un "no sé qué" especial. Como si aquellos trazos de color que se perfilaban en la materialización de la magia, se colaran dentro de mis emociones y me inspiraran cierta... ¿cómo decirlo? conexión sublime con algo más poderoso que yo. Ayer me pasó algo parecido mientras escuchaba una pieza de Shostakovich. El movimiento Andante del Concierto N 2 para piano. De una exquisita delicadeza, de un desarrollo sublime, de una maravillosa composición... Tenía la certeza de que algo así sólo podía haber sido escrito por los ángeles o, en su defecto, dictado por ellos. Y hoy, inquieta y empujada por la curiosidad, leo en internet que el famoso compositor ruso escribió esta bonita obra en homenaje a su hijo Maxim por el día de su 19 cumpleaños. Así que confirmo lo que dijo Kupka y estoy convencida de que allá, en la Rusia de 1957, fue el amor y la entrega sin límites de un padre a su hijo lo que marcó el orden y disposición de estas notas que impregnan el ambiente de una sutileza y una armonía simplemente maravillosas. Tremendamente recomendable.