Cuentan que
Bordeaux es la ciudad de las 3 M. La de Montaigne (1533-1592), autor de los Ensayos, magistrado y alcalde de la
ciudad; la de Montesquieu (1689-1755), autor de El espíritu de las leyes, y de Las
Cartas persas, parlamentario y presidente de la Academia de Burdeos; y la
de Mauriac (1885-1970), Premio Nobel de Literatura, académico, conocido por ser
autor de varias novelas y por su labor como periodista. Los portales de turismo
de la propia ciudad presumen de que los tres, comprometidos con la labor de
mejorar la sociedad de su época, encarnan en cierta manera el espíritu de
Burdeos: el respeto hacia los demás, la búsqueda del equilibrio, y la mesura y
la voluntad de actuar por el bien común.
Sin embargo,
hay una cuarta M que también representa a la perfección esos valores y que
desde 2013 ha irrumpido con fuerza en la ciudad francesa. Se trata de Mimil,
una especie de antihéroe con aspecto físico indefinido, bondadoso y soñador,
repleto de amor y mensajes inspiradores, que invita a los residentes y turistas a pensar en cosas muy básicas y esenciales del día a día. Aspectos que
debemos retomar, como la solidaridad, una actitud amable continuada, la coherencia y la
justicia social, entre otros. Mimil transmite sus mensajes con un humor
infinito, aderezado con una ternura que parece nacer desde las entrañas de una
empatía bien curtida, sabia y podríamos decir que innata de su creador: David
Selor (@s_e_l_o_r).
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Mimil by Selor. Bordeaux. Copyright photo: Teresa Morales / freelanceviajera |
Mimil se asoma en cualquier esquina y barrio bordelés (hasta más de 500 obras solo en Bordeaux,
según su autor, amén de innumerables apariciones en otras ciudades francesas
como Montpellier y Toulouse, o incluso europeas, como Londres, Oporto,
Bruselas, Lisboa, Atenas, Roma y Nápoles). Se aposenta, rebosante de color, sobre
las paredes de los muros en ruinas o de los edificios abandonados, desde
pequeños rincones enladrillados en esas olvidadas construcciones entre calles,
antiguos polígonos industriales y callejones franceses, o desde el descaro de algunos
metros más holgados, horizontales o verticales, bien visibles para el
transeúnte en zonas más céntricas de la urbe. Pero ¡ojo!, también es el
protagonista de espacios institucionales e incluso privados, como las
dependencias del l'institut du Canton à Ambares et Lagrave, la residencia EHPAD
Le Petit Trianon donde atienden a personas enfermas de Alzheimer, y
próximamente, el hospital de Bordeaux. Los gestos, caras, miradas y
pensamientos compartidos de Mimil hacen de la ciudad del Garona una ciudad más
amable que invita a sonreír, soñar y pensar.
“Yo provengo
de una localidad pequeña y elegí Bordeaux porque el arte urbano o street art es
más accesible. Aquí es más fácil pintar las paredes ya que el urban art, aún
siendo ilegal, está más aceptado, y hay una audiencia real para este tipo de expresión
artística”. Así se presenta Selor (Cognac, Francia, 1988), el artista urbano que
ha creado el personaje Mimil que protagoniza sus murales, y a quien Burdeos le
debe estar agradecido por mostrar una cara muy amable y colorida de la ciudad.
Rendida ante
el color, el buen rollo y los encantos de sus murales, le propongo a Selor una entrevista para freelanceviajera
y acepta la invitación. Eso sí, el artista prefiere mantener el anonimato de su
físico, y desde ahí, nos desvela las razones de su obra y las pretensiones de
su personaje icónico; reflexiona acerca del arte urbano, sus virtudes y sus
límites, y nos descubre un mundo en el que él, como artista, ha encontrado la
plataforma perfecta para interactuar con la sociedad.
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Mimil by Selor. Bordeaux. Copyright photo: Teresa Morales / freelanceviajera
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Tienes un
enorme talento artístico, ¿por qué elegir el arte urbano y no otras vías más
tradicionales desde las que pudieras proyectar tu carrera?Consideraba
que esta era una manera perfecta con la que poder expresar mis frases y
pensamientos filosóficos para llegar a un mayor número de personas. Lo que
busco es esa interacción entre mi personaje Mimil y la gente, que no tiene por
qué saber nada sobre arte o directamente no sabe nada sobre él. Aunque también
creo sobre lienzo, he presentado mi obra en algunas instituciones y organizo
mis propias exposiciones.
¿Qué es lo
que más te atrae del street art?
El tamaño de
las pinturas. Me encanta sumergirme en los colores, usar pinceles enormes y,
como te decía, saber que mi trabajo va a ser compartido con muchas personas
anónimas.
¿Y no te
inquieta que tu obra sea considerada vandalismo por el hecho de pintar paredes
y muros sin consentimiento ajeno?
A veces el
vandalismo también es arte, como las obras de "Asyl", "Mr.
Paradox Paradise" y "Bonom". Pero hay que aclarar que son los
graffitis, y no el muralismo, lo que se considera vandalismo. Hoy en día es más
fácil pintar dibujos en la calle que graffitis. A mí la gente me dice muchas
veces que prefiere mi trabajo al graffiti típico. Además, la práctica y su
esencia son totalmente diferentes: los vándalos no quieren ser artistas, y el
graffiti es algo para comunidades específicas.
Pero cualquier
tipo de expresión artística sobre las paredes y muros de la calle sigue siendo
ilegal, ¿cierto?
Sí, así es.
Aquí te arriesgas a una multa de 3.000 € si escribes algo en la calle. Por
ahora, nunca he tenido problemas porque elijo lugares como los muros de
ladrillo utilizados para tapiar casas abandonadas y ciertos huecos de los
edificios. De todas formas, los municipios son cada vez más conscientes de la
importancia del arte callejero o street art, aunque vamos muy por detrás de
otros países, como Portugal. Lo cierto es que el arte urbano está más aceptado
en las grandes ciudades, mientras que en los pueblos aún sigue habiendo
confusión entre lo que es graffiti, arte urbano y graffiti obrero.
No has tenido grandes problemas, pero sí has sido arrestado varias
veces…
Me han
detenido muchas veces en distintos países, pero nunca he tenido problemas
graves. No soy agresivo cuando me detienen; muestro mi trabajo y explico lo que
estoy haciendo. Digamos que la pega es que, por lo general, no puedo terminar
el mural, pero no me enfrento a verdaderos problemas.
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Mimil by Selor. Bordeaux. Copyright photo: Teresa Morales / freelanceviajera
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¿Esa
característica de "ilegal", hace que el street artist pueda
conquistar una reputación, fama o atisbo de leyenda que quizás no alcanzaría de
otra manera? Estoy ahora pensando en Bansky, por ejemplo.
Bueno, hay
ciertos artistas que provienen de ese graffiti considerado vandalismo, como el
colectivo de grafitteros "Moses and
Taps", que empiezan a tener éxito en el mundo del arte, y cuyas obras han
empezado a exhibirse en galerías de arte. Otro ejemplo es "Art of
Rage", pero es sobre todo una cultura underground.
¿Y para mantener su identidad, el street art debería
ser siempre una práctica ilegal?
No debería.
Porque si hablamos de arte urbano como tal, no de graffiti, lo cierto es que el
muralismo requiere tiempo y una logística especial, y necesitamos más
autorizaciones para evitar problemas legales.
Pero al hilo
de tu pregunta te confieso que el hecho de que sea ilegal hace que, por
ejemplo, sientas una gran emoción cuando estás pintando. Es una sensación
parecida a la de hacerse un tatuaje. Cuando decides pintar una pared, debes
estar seguro de tus intenciones. Me encanta la sensación de pintar, y muchas
veces el subidón de adrenalina viene ya solo por el hecho de coger los sprays,
haciendo un uso respetuoso de los mismos, eso sí.
Háblame de Mimil. ¿Cómo surgió ?
Mimil es mi
personaje que nació en 2013 cuando trabajaba con personas autistas en Lisboa.
Al principio, surgió como una representación del autismo. Pinté tres Mimils en
Lisboa, y recibí mensajes positivos directamente de portugueses, incluso la
televisión francesa lo cubrió, así que he ido pintando cada vez más Mimils desde
que volví a Francia.
Ahora vemos
a Mimil en los espacios de instituciones públicas y hasta en muros de casas
privadas donde, ahí sí, trabajas por encargo. ¿Cuál es la misión de este
personaje encantador, mitad zorro, mitad humano?
Ser un altavoz
para expresarme en público. Aunque no se quién ayuda a quién, si él a mí o al
revés.
¿La virtud
de Mimil ?
La generosidad
¿Y la
debilidad ?
Las faltas de ortografía
¿Es un
héroe antihéroe ?
Ja, ja. Bueno,
en parte lo es, porque es un perdedor.
¿Un
antihéroe enamorado del amor?
Sí, exacto.
Mimil está profundamente enamorado del amor.
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Mimil by Selor. Bordeaux. Copyright photo: Teresa Morales / freelanceviajera
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¿Cuál es la
representación de Mimil que más te gusta de todas las que has hecho, tanto en
Burdeos como en otras ciudades?
Uff…
cualquiera en las que aparece en grandes muros.
¿Y dónde te
gustaría verle ?
En una pared
enorme en el centro de Burdeos, y luego… pintemos todo el mundo. Ya sabes…
nadie es profeta en su tierra.
¿Cuánto
tardas en plasmar a Mimil en alguna calle?
Generalmente,
una obra pequeña me lleva unos 15 minutos, aunque con las interferencias de la
policía puede ser más. Ahora, por ejemplo, prefiero pintar grandes paredes
durante el día que hacerlo de forma rápida durante la noche.
Por cierto, ¿los políticos no se rinden a los encantos y mensajes
positivos de Mimil?
Pues mira, te
cuento. Actualmente estoy preparando una exposición con el ayuntamiento de
Burdeos. Me ha surgido este proyecto gracias a un político, porque pinté en su
calle sin saberlo, y él no me olvidó.
¿Próximos
proyectos en los que podamos ver a Mimil?
En un mural
privado para el hospital de Bordeaux, y también, Mimil tendrá un libro muy
especial para celebrar su 11 aniversario.
Por cierto, sobre esos encargos privados alguna vez
te escuché decir que si la obra de un artista urbano se convertía en exclusiva,
se convertía en trabajo. ¿Cuál es la diferencia?
Para mi, un
encargo es algo menos artístico; es más una actuación técnica para cumplir el
cometido, quizás más artesanal por el hecho de que tienes que someter tu arte a
las reglas de otro. El arte es y ha de ser una visión personal, y cuando pintas
por encargo, de alguna manera deja de serlo.
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Mimil by Selor. Bordeaux. Copyright photo: Teresa Morales / freelanceviajera
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¿Y hay condiciones para
que Selor acepte un encargo?
Hay muchas condiciones. Pero la regla básica es que no trabajo con
galerías. Vendo mi arte yo mismo, a instituciones, museos y ayuntamientos. Elaboro
mi propio art book o catálogo de arte para vender mis obras que está disponible
en mi sitio web. Es una opción para seguir siendo accesible y
asequible. Porque en las galerías, los coleccionistas pagan más y el artista
recibe menos después de impuestos y comisiones. Ahora mismo, tengo la fortuna
de que todos mis cuadros se venden antes de una exposición. Hay una lista de
encargos de varios meses y no necesito galerías para exponer y vender mi obra.
¿Una ciudad con murales alegres
y positivos es una mejor ciudad?
Debería, pero a veces se convierte en un problema ya que la gentrificación de las ciudades surge en muchas ocasiones precisamente por el street art. Pero, sin duda, siempre preferiré las ciudades cuyas calles están llenas de color, aunque esas obras no sean mías.