MUJERES QUE INSPIRAN A MUJERES

Melbourne. Copyright foto: S. Martínez.
Este es el título con el que quise introducir la primera clase del taller Hoy Yo También Cuento de esta nueva temporada 2013. Un taller que ya va por su tercera edición y que, poco a poco, infunda ánimos, entretenimiento y cierto entusiasmo entre las participantes. Es cierto que no es una actividad con numeroso público, pero las mujeres que se acercan hasta aquí (un Centro de Día para Personas Mayores), las que continúan después de dos años e, incluso, las nuevas, lo hacen con la esperanza de aprender, de contar, de escuchar y de compartir. Lo hacen desde la humildad y la sencillez, con su alegría y vitalidad. A veces también con sus desesperaciones y tristezas. O hasta con sus anhelos que, en ocasiones, se quedan encerrados en el cuarto de estar de la casa o sobre una mesilla, al lado de un libro que invita a soñar por mundos de fantasía. Todas vienen, o debería decir, venimos, con el corazón abierto, entregado a conocer algo más de la vida. Porque en el oficio de escribir y de contar hay que intentar ser lo más inspirador posible. Algunas veces para que el lector obtenga la fortaleza que necesita en su día a día; otras, para saber consolarle o para darle ejemplos de historias que, incluso siendo de ficción, son parecidas a la suya. La literatura, por tanto, funciona como un bálsamo, o como un río, por el que es bonito navegar y dejarse llevar. Viendo lo que acontece a ras y a los lados de la corriente. Valores, emociones y sensaciones humanas que, con mayor o menor similitud en las formas, acaban siendo los mismos para todas. Por eso, da igual si Zsa Zsa Gabor se casó nueve veces o si tuvo diamantes para aburrir porque en el fondo de su alma es una mujer que ama, siente, conoce la soledad, la tristeza, la esperanza, la ilusión de los retos nuevos, la desdicha de las despedidas, el amor en su esplendor y el inquietante estado de la incertidumbre. Es una mujer como nosotras, como cualquiera de nosotras. Esta vez, como les digo, hablaremos de mujeres que inspiran a mujeres. De personajes femeninos que como cada una de las féminas que acude a este taller las tardes de los jueves, construyeron sus vidas desde el esfuerzo, el coraje y el optimismo. Lidiando con las rachas negativas, para transformarlas en algo aleccionador o, al menos, útil y servicial. Y compartiendo las épocas más alegres y abundantes con una generosidad y un amor que todas las mujeres, de ficción o reales, acabamos demostrando siempre. Y da igual si hablamos de una Santa como Teresa de Ávila (¡la original, no yo!), o de una actriz como Zsa Zsa Gabor; o de una mujer inventada por Virginia Woolf, o de alguna de la peregrinas reales que han hecho el Camino de Santiago. Las mujeres hacemos magia con la vida y aquí, en este taller, acabaremos viéndolo y sobre todo, inspirándonos. Unas de otras, porque todas, al final, como una serie de Matriuskas, tenemos algo que enseñar y muchas, muchas cosas que aprender.