"Voy a pensar que
hoy comienza la vida. Con toda su energía y esplendor. Con la armonía que ha
tenido siempre, desde el origen. Con ese orden en el que todo se relaciona de
una manera fácil. Como el agua de un riachuelo de la montaña en el deshielo de la primavera.
Sin obstáculos, sin trampas, sin corrientes peligrosas. Sencillamente, fluye. Y
sí, de alguna manera, hoy comienza la vida. Al menos en Roma, donde se inaugura
la que podría ser la más brillante exposición fotográfica de este 2013.
Regresa el genial Sebastião Salgado, y lo hace con las imágenes que ha ido
captando a lo largo de los últimos ocho años. Un proyecto, Génesis, que comenzó
bajo la idea de recuperar el origen de nuestro mundo o, al menos, regresar a él.
A las zonas y rincones donde el hombre no ha podido manipular nada, ni mucho
menos, destrozarlo. América, Asia, África… Los viajes por todo el planeta en
busca de varias imágenes que reflejen la quintaesencia de lo que podría ser el
alma, aún pura e intocable, de nuestro planeta, de nuestro ser, de la humanidad
y la naturaleza tal cual fueron concebidas. Todas en blanco y negro. Aquí no
hay trampa ni cartón. Sólo la belleza de lo que es, sin más artificio ni una
gama cromática que atrape la atención del ojo con aires de show ni saturación
de tonos. Sólo el blanco y negro para contar lo que es y lo que somos. Lo que
éramos. Lo que ya apenas hay. Lo que deberíamos retomar. El destino de nuestra
civilización. El objetivo de nuestro caminar. El origen. Génesis.
Cerca del río, a
la orilla del Tíber, unas 200 fotografías se exponen desde hoy en las salas de
ese maravilloso edificio rehabilitado del Ara Pacis, hoy convertido en museo de
categoría donde antes, otros nombres, también colgaron sus obras, como aquella
grande de Marc Chagall que disfruté hace ya un par de años. Ahora le toca el
turno a este gran fotoreportero, grande entre los grandes, capaz de hacer que
el espectador se sobrecoja con los rostros cincelados en sufrimiento de los
mineros que tiempo atrás fotografió o que se deleite, ahora por fin, con ese
sonreír de algunos milagros de la naturaleza como las estampas exóticas de las
tribus del Amazonas, o los paseos heladores de los pingüinos sobre las laderas
de los icebergs en las islas South Sandwich.
Dice el propio
Salgado que personalmente ve este proyecto como un recorrido por lo que ha sido
el papel del hombre en la naturaleza. “Lo he llamado
Génesis porque, en la medida de lo posible, quiero regresar al origen del
planeta: al aire, al agua, al fuego de aquello de lo que está constituida la
vida. Regresar a las especies animales que han resistido al adiestramiento;
regresar a las tribus más remotas cuyos estilos de vida se consideran
primitivos y sin contaminar. A pesar de todo el daño causado al Medio Ambiente
en muchas de estas zonas, todavía se puede encontrar un mundo de pureza, y casi
de inocencia. Con mi trabajo intento dar testimonio de cómo era la naturaleza
sin hombres ni mujeres, y cómo la humanidad y la naturaleza han coexistido
durante mucho tiempo en aquello que hoy en día definimos equilibrio ambiental.”
Hoy, que comienza la vida, mi querida Roma se viste de la
belleza que Salgado ha sabido ver detrás del visor de sus cámaras. La potencia y el
lirismo de estas imágenes bien valen una nueva visita a la Ciudad Eterna, para
comprobar la maestría de un artista, pero, sobre todo, para apreciar y rescatar
el amor profundo hacia un mundo, el nuestro, fértil y maravilloso.
Brasil 2009. © Sebastião Salgado/Amazonas Images.