...¿cuántos verdes hay en la vida? Tantos como árboles. Y tantos árboles como personas. Porque este fin de semana he comprendido que dentro de nosotros, hondo, muy hondo, en ese lugar donde habita el pájaro del alma, crece un roble, o un espino blanco, o un fresno, o un haya, o un tejo milenario. Y hasta, si descansamos a ras de un río y dejamos que el sentido del oído fluya como el cauce, podremos observar el balanceo de las hojas redondas y amigas del olmo que se eleva en nuestro interior. Tantos verdes como valles, como árboles y como aromas desprende la vida.