ENTRE NUBES Y CLAROS, POSADA AL SOL

Mariposa. Jardín de los Frailes. El Escorial. Copyright foto: Teresa Morales. 
Existe un vino que cuando lo descorchas suena como si estuvieras abriendo una botella de cava. Así que, lo mejor que se puede hacer en esos momentos es brindar. Llevarse la copa a los labios. Oler. Beber. Saborear... El sabor es demasiado fuerte y si no estás preparada, hasta marea y consigue que la cabeza se vaya más allá que acá. Lo curioso es que no está hecho con uvas, sino con palabras de un estilo más o menos cuidado o mimado. Responden a una cosecha auténtica, cultivadas en un sinfín de mundos maravillosos donde las sonrisas suben, bajan, vienen y van. Revoloteando, como las mariposas alrededor del néctar de la flor. Tantas veces... Sí, tantas veces como sean necesarias para transmitir toneladas de magia. A las órdenes de una mujer, tal vez yo, que poco a poco se va transformando en el auténtico amor, el que entre nubes y claros se mantiene en pie, generoso y entregado. Firme y esperanzada, contenta cuando sé que en un punto, o incluso en dos, puedo disfrutar de unos minutos o incluso horas posada al sol. La vida mantiene el listón muy alto, y todo sigue encajando. ¡Salud!