SUBLIME PÚRPURA

Il commiato di Gesù dalla Madonna. De Lorenzo Lotto (Fragmento)

Los restos mortales de Elisabetta Rotta yacen en la iglesia del Santo Espíritu, en la provincia italiana de Bérgamo. No hubiera reparado en ella ni en su existencia, mujer de Domenico Tasso, mecenas ambos en la Italia del Seicento, si no fuera porque aparece en un cuadro del genial Lorenzo Lotto, Il commiato di Gesù dalla Madonna. La excelente tabla del pintor renacentista se muestra hoy, junto con otras muchas, en la sala de exposiciones la Scuderie del Quirinale (Roma). La nozze mistiche di Santa Caterina con il donatore Niccolò Bonghi o La castità mette in fuga Cupido e la Lussuria son otros dos ejemplos de una maestría en los detalles, el simbolismo, los ropajes y hasta la ironía en un tema, el religioso, que marcó la vida del artista. Sin embargo, lo que hace de especial el cuadro y la representación de Elisabetta es el color, maravilloso color púrpura de su vestido. Cuenta la historia que Lorenzo Lotto llegó a Roma, por encargo del papa Giulio II. Su experiencia en la ciudad papal, repleta de artistas de renombre (Bramante, Bramantino, Domenico Beccafumi, Michelangelo y Raffaello) sólo duró un año porque su espíritu inquieto y solitario, ajeno a cánones del momento, le empujaron de regreso a lugares más tranquilos y pronvincianos hasta el punto de que acabó sus días como hermano dominico en el santuario de Loreto. Amén de que su fama, como sucede en muchas ocasiones, no llegó en vida, sino siglos más tarde, lo que significa que murió solo y sin un duro. Todo esto que he contado hasta el momento para hablar de un color, el púrpura, que salta a la vista e ilumina la parte derecha de un cuadro al que muchos consideran una de las grandes obras maestras de aquel periodo. Claro que, si la pintura es fiel reflejo de la naturaleza de la señora Rotta, no estamos ante una modelo de dotes físicas relevantes, pero, sin duda, aquel color sobre los vestidos de su piel fue una sabia elección de un maestro que consideró (sólo él sabrá los motivos) a aquella donna digna de un tono tan fascinante y poco habitual en los personajes de sus cuadros.