EL UNIVERSO OBSERVABLE Y SUS MISTERIOS

Cúmulo de estrellas Árbol de Navidad. 
Crédito foto: Observatorio Europeo Astral. ESO
Después de más de mil noches de observaciones en el observatorio de La Silla (Chile), distribuidas a través de 15 años, los astrónomos llegaron a determinar los movimientos de más de 14.000 estrellas similares al Sol que residen en los alrededores de éste, y que muestran que nuestra galaxia,  conocida como la Vía Láctea, ha llevado una vida mucho más turbulenta y caótica de lo que previamente se asumía. Después de ver la exposición Universo Fascinante en el Museo de las Ciencias de Valladolid, con imágenes tan maravillosas como la que acompaña al texto de este post, y después de leer datos como el que revela el Observatorio Europeo Astral (ESO), experimento cierta tranquilidad en cuanto a los vaivenes que damos los seres humanos, aunque confieso que también aumenta mi pequeñez con respecto a las proporciones, magnitudes y dimensiones, no infinitas, pero casi inabarcables, de lo que se mueve y relaciona en esos mundos misteriosos que permanecen activos al otro lado de la frontera de la cúpula celeste. Sólo por poner un ejemplo (aunque sé que acabaré escribiendo más sobre este tema), los astrónomos han conseguido medir la edad de la estrella más anciana conocida en nuestra galaxia. Tiene trece mil doscientos millones de años. Escribo la cifra en letras para que nadie se equivoque. La estrella sigue viva, claro. Y deberíamos anotarla como un referente para relativizar nuestros problemas, ensanchar miras y ampliar los horizontes de nuestra existencia. Que allá, donde nuestros ojos no alcanzan, pero los telescopios sí, hay energía que se mueve desde hace millones de años, no siempre con la misma intensidad, pero sí con la misma capacidad para, a día de hoy o a años luz, organizar juegos de luces verdaderamente estimulantes e inspiradores. ¡Alucinante!